sábado, 11 de junio de 2016

EL PATO ANDINO: EL REFLEJO DE LA EXTINCIÓN EN COLOMBIA

El Podiceps andinus, conocido también como zambullidor bogotano o zambullidor andino es una muestra de la extinción que poco a poco ha ganado terreno en nuestro territorio, esta ave habito los andes colombianos, localizándose en los departamentos de Cundinamarca y Boyacá hasta su desaparición en  el año de 1977.

Tristemente era un ave endémica de Colombia, y su distribución fue limitada debido a sus hábitos, pues sus principales ecosistemas fueron los humedales de Bogotá que se localizan a una altura de 2600 msnm y en la laguna de Tota donde se observaban en abundancia.

En la década de 1950 el ecosistema donde se encontraba comenzó a cambiar debido a la intervencion antrópica que inicia con el drenaje de las aguas donde habitaban, la contaminación con pesticidas debido a los nuevos cultivos de papa, caña  y cebolla que se encontraban próximos a las aguas de la laguna de Tota, la caza y la introducción de especies exóticas como fue el caso de la trucha arcoíris que empezó a competir por el  mismo alimento.

Otro aspecto que derivo su extinción fue la desaparición de su alimento Potamogeton illinoensis una planta que se encontraba en las profundidades de la laguna de Tota y humedales de Bogotá de la cual ya no hay especímenes, la presencia de esta planta era de vital importancia ya que servía posiblemente como lugar donde habitaban varias presas para su alimentación, su anidación dependía de espadañas y grandes juncales donde construían nidos flotantes, esto también afecto al pato ya que el proceso de urbanización, el relleno con sedimentos afecto juncales desapareciéndolos.

Como conclusión recordar que esto es una triste lección de los procesos de extinción de los que es responsable la interferencia del hombre en el medio, y que papel debemos tomar ante nuestras acciones, contribuyendo a la protección de especies que ahora se encuentran en extinción como la tingua bogotana (Rallus semiplumbeus) el tapir (Tapirus pinchaque) la nutria gigante (Pteronura brasiliensis) entre otros, recordando que queremos dejar a conocer a nuestros hijos y a las futuras generaciones que llegaran después.